Al pasar junto a la ventana de la casa de su vecina mulata, se la encontró en el sofá y abierta de piernas, metiéndose los deditos para llegar al orgasmo. El tipo no pudo evitarlo y decidió entrar y hacerle compañía, hasta ofrecerle su polla para que calme sus necesidades. No dudó en llevársela a la boca y al final, montó sobre su rabo como una fiera hasta sentir toda su lefa bien dentro.