Puede que la rubia rellenita no tenga un cuerpazo 90-60-90, pero a su chico poco le importa. Y es que cuando ve sus curvas en casa, no puede resistirse a ir a por ella y darle sexo en cualquier circunstancia. De hecho tuvo que dejar el almuerzo para más adelante, ya que el calentón que experimentaron en la cocina solo pudo acabar con sexo duro juntos.