La caldera del edificio no funciona bien, así que el tipo de mantenimiento fue a revisar toda la instalación, hasta que una madurita que reside en el edificio fue en busca de explicaciones. Le dijo que ya estaba arreglado pero que tardaría un poco, así que decidió agradecérselo invitándole a un café en su piso. Pero una vez a solas, lo que buscó la señora fue calor corporal, seduciéndole y yendo directo a por su polla en un polvazo casero.