Mientras doblaba la ropa, esta mujer escuchó unos ruidos muy extraños provenientes del salón. Era su hijo, el cual estaba con unas revistas pornos y pajeándose sobre el sofá. Al pillarlo, el chico se sintió muy avergonzado pero, como ella es una cachonda y estaba necesitada de sexo, decidió hacerle compañía. Al final, madre e hijo acabaron desnudos y follando duro, para calmar su apetito de sexo con un polvete incestuoso.