Parece que la golfa de Krissy Lynn se aburría y no sabía muy bien que hacer en su piso. Pero de repente, se le ocurrió una idea muy morbosa y por eso, cogió el teléfono y solicitó a Uber un chófer. Ella no quería desplazarse sino que más bien, necesitaba aprovechar que estaba el tipo allí para seducirle. La milf no se esperaba que el conductor fuese un mulato tan cachas como ese y al final, no tardó en abrirse de piernas para gozar de su pollón.