Tras las clases, esta colegiala japonesa volvía casa en compañía de su amigo. Por el camino la cosa entre las dos se fue poniendo más y más caliente, hasta que la oriental decidió detenerse para zamparse su rabo. El chico no se lo esperaba y como vemos, acabó gozando de las mamadas de su amiga, que se la chupó sin cortarse un pelo en plena calle.