Al parecer, el coche de Riley Reid ha dicho basta y está echando humo, algo que trae de cabeza a la pobre chica. Por suerte, su vecino es un manitas y le echará una mano para arregarlo, algo que ella está dispuesta a agradecerle. ¿Y como lo hace?… pues muy sencillo, quitándose la ropa y dejándose follar por él junto al coche, sin importarle que el resto de vecinos puedan verlos.