No tenían nada que hacer y tras pensarlo un poco, esta pareja prefirió marcarse una follada casera antes que salir de compras. Decidieron echar un polvo rapidito, para el cual la rubia se puso a cuatro patas y dejó a su chico embestirla con ganas. Ella acabó gozando como nunca y gimiendo con cada pollazo que le metía, hasta pasar una tarde de lo más placentera gracias al sexo.